El ingeniero biomecánico David Edwards, profesor de Harvard, ya ha sorprendido al mundo con sus inventos en diversas ocasiones, con la creación de botellas comestibles o whisky masticable. Pero la nueva creación de Edwards, según informa el portal The Huffington Post es la cafeína respirable.
El profesor, a finales de los años 90 ya creó la insulina y en 2007 el chocolate en aerosol. También las vitaminas.
La idea del AeroShot es concentrar 100 miligramos de cafeína pura en aerosol en monodosis. Estos 100 miligramos equivalen a una taza grande de café. Lo extraño de todo esto es su sabor: Limón. La razón es evitar el amargor del café puro, pero guardar sus propiedades. Tiene pensado, además, poner en mercado en 2012 la versión con sabor a frambuesa. Además, otra de las ventajas del producto es que no aporta ninguna caloría.
Si se extrapolan las ideas del profesor Edwards, por otra parte, podremos ingerir nutrientes, vitaminas o suplementos de una forma más rápida y eficaz. El socio de Edwards, Tom Hardfield, cree que estos inventos le harán ganar miles de dólares y ayudarán a muchísima gente.
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| El profesor mostrando uno de sus inventos. |
Información: The Huffington Post
Texto: Propio
Imágenes: Obtenidas con mucho esfuerzo de la página web de David Edwards
Dado que el tema me afecta me quejo. Me parece una sincera aberración. Lo digo totalmente en serio. Lo de las vitaminas, la insulina y todo eso, muy bien, pero la cafeína concentrada lo único que sería, es una droga! Quiero decir, es como si te metieras un chute de algo, en unos segundos consumes la cafeína de un café grande (que yo sé que son esos chutes, con café natural, del de verdad) y eso no puede ser sano, lo mires como lo mires.
ResponderEliminarEso lo primero, luego lo del sabor. Una cosa es Starbucks con sus cafés sabor cookie y vainilla y chorradas así del estilo, pero ¿cafeína con sabor a limón? ¿Qué aberración es esa? Un café sin su regusto amargo, sin su cambio de sabores en el paladar no es nada.
Y luego en consumo. Por favor, pretender reemplazar el calor de una taza en las manos por un aerosol me parece un crimen. Horrible, no lo entiendo.
El café está para disfrutarlo, y se disfruta con sus sabores, naturales, con su olor, con su calidez y con todo lo que evoca.
No se chuta.
Qué horror, que este hombre se dedique a la ciencia de verdad y busque la solución al cáncer o algo y se deje de tonterías con el café. Y que se tome uno de verdad, a ver si le vuelve la cabeza a su sitio. Qué horror. Café inhalado. Qué aberración.
Por si no se nota, me he indignado. Soy amante del café y una clásica.
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